FACTORES CONDICIONANTES DEL PAPEL DE LA
MUJER EN EL JAZZ
El primero de ellos es la gran
escasez de material fonográfico. Aunque la herencia de las mujeres del jazz se
extiende desde comienzos de siglo, sólo una pequeña muestra se preservó en
grabaciones, en algún que otro film, pero la mayoría del material simplemente
desapareció.
Sally Placksin comenta que muchas de
las instrumentistas a las que entrevistó nunca grabaron. El hecho de que muchas
de ellas nunca entraran en un estudio, sin embargo, representa otro aspecto
importante de su historia tanto individual como colectiva3. Después
de todo, la falta de grabaciones no debería de ser un motivo que invalidara el papel
de un músico en la historia.
Según Linda Dahl, la hipótesis
acerca de que las mujeres en el jazz no existieron o no fueron importantes
tiene su base en que el jazz por definición es una música de hombres. Siguiendo
esta premisa, ellas no podían tocar, por lo que se deduce que simplemente no lo
hicieron. Cuando esta
hipótesis se enfrenta con el hecho de
que efectivamente hubo mujeres instrumentistas que tocaban con solvencia trompetas,
saxofones, baterías…muchos ( críticos, promotores…) hicieron oídos sordos, y si
no, sus logros fueron explicados de esta forma: “es sólo una mujer, qué
esperabas.” o “wow! Increíble para ser una mujer”.
De esta manera, como explica Linda,
estas fueron las dos caras de un prejuicio en el que estuvieron encorsetadas
las carreras de las mujeres en el jazz.
Por otro lado, no hay que olvidar el
entorno sociocultural de la época, y la desigualdad imperante entre hombres y
mujeres, lo que entorpecía a todas luces el desarrollo de la mujer
instrumentista con pleno derecho frente a sus compañeros masculinos.
Durante la época posterior al crack
del 29, circulaba una frase terrible que decía algo así como: una mujer
trabajadora es una mujer que está robando un puesto de trabajo a un hombre.
Con el tiempo, se fue haciendo
mención a las bandas formadas por mujeres en la prensa durante la era del
swing, pero solía ser más como un señuelo de algunos promotores para actos
lucrativos que como un verdadero interés musical por parte de la crítica
especializada y estas formaciones femeninas rara vez eran tomadas en serio.
El comienzo de muchas de estas
bandas femeninas se produjo ante la negativa de los hombres a asimilar a
mujeres instrumentistas en sus propias formaciones.
Hay que tener en cuenta que e l jazz
no es sólo una forma de arte sino también una subcultura que tiene sus raíces
más profundas en el África negra y la esclavitud. Las mujeres negras tenían una gran presión social que las
empujaba moralmente a no competir con los hombres negros en los trabajos
relacionados con el jazz, pues estos venían
a representar tanto simbólica como concretamente la prueba de las habilidades
de estos hombres dentro de dicha subcultura.
El hombre era y es un intelectual de
la música y su presencia y su prestigio no pueden ser tomados a la ligera.
Incluso más que otras formas de arte
la música jazz depende de la comunidad, se forja y crece en ella.
Por otro lado, el artista de jazz
generalmente puede esperar muy poca recompensa por su trabajo, a diferencia de
músicos de otros estilos como el pop.
Mal pagados, incluso los jazzmen aceptan que van a tener que estar luchando a
cada paso que den en el mundo de la música, desde el crítico musical, los
propietarios de clubes, managers incluso con los propios compañeros músicos.
Claramente, las cualidades que se
necesitaban para formar parte de ese mundo pasaban por ostentar unas
prerrogativas masculinas tales como autoconfianza agresiva, atención centrada
en la carrera jazzística incluyendo frecuentes ausencias en casa y estar
alejadas de la familia…
Además debían de manejar la
habilidad de tratar con atmósferas peligrosas en night clubs infestados de
vicio y dirigidos por gánsteres. Razones suficientes para que la sociedad
puritana americana de principios de siglo no viera con buenos ojos la irrupción
de mujeres en estos ambientes, así como la camaradería entre hombres y mujeres
en las orquestas, viajando y conviviendo juntos. Las mujeres que sentían la
pulsión musical hacia el jazz en esta época se encontraron con toda clase de
prejuicios y obstáculos y debieron en muchos casos aceptar una mala reputación y
desaprobación social.
Otro factor importante de la
exclusión de algunas las mujeres en la historia del jazz es que muchas de ellas
trabajaron en pequeñas ciudades, en pueblos, vecindarios negros, ciudades
universitarias, bares de cócteles, en donde los productores y críticos del jazz
a duras penas se aventuraban, y por lo tanto no quedó prácticamente constancia
de ellas. Estas fueron las mujeres que volvieron sus espaldas al negocio de la
música, a la fama y simplemente se dedicaron a tocar y se han validado a sí
mismas a través de su música.
Hola. No consigo encontrar la forma de ponerme en contacto con la persona que lleva este blog. Me gustaría hablar o escribirle. Mi contacto es jazzazza@jazzazza.com
ResponderEliminarMuchas gracias.
hola genial el blog!
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